Las tres tecnologías que definirán el futuro
Hace más de un año que cruzamos la línea de mitad de década, adentrándonos a lo que serán los años 20 del nuevo siglo; un siglo que se ha caracterizado por cambios gigantescos en nuestro estilo de vida, como el acceso a Internet las 24 horas del día, la explosión de plataformas Web de búsqueda, información y contenidos multimedia, la invención de los teléfonos inteligentes, el automóvil eléctrico, y nuevas tecnologías en todos los ámbitos de la vida humana. Ray Kurzweil, en su libro La era de las máquinas espirituales (1999), introdujo la ley de rendimientos acelerados, la cual establece que la tasa de cambio y crecimiento de las nuevas tecnologías tiende a incrementarse de manera exponencial. Como es natural para nosotros visualizar el futuro linealmente, nos es difícil imaginar la velocidad real a la que evoluciona la tecnología. Como se explica en este artículo de la Singularity University, Kurzweil afirma que son la genética, la nanotecnología y la robótica las tecnologías que cambiarán nuestro mundo a lo largo de este siglo.
Genética – reprogramando nuestra biología
- Células madre pluripotentes inducidas – programadas para comportarse como células madre.
- Edición del genoma humano – manipulación de cadenas de ADN para desarrollos en medicina y agricultura.
- Bioimpresión 3D – desde vasos sanguíneos hasta órganos enteros, sin necesidad de donador alguno.
- Genoma $1,000 – secuenciación del genoma individual para predecir enfermedades y transtornos, a un costo sin precedentes.
- Tejido artificial – fibras musculares humanas en un plato de laboratorio, para estudiar enfermedades, medicamentos y terapias.
- Almacenamiento en ADN – empleo del código de la vida para almacenar enormes cantidades de datos digitales.
- Ciudadanos biohackers – enseñando a los jóvenes lenguajes de programación para organismos vivos.
Nanotecnología – manipular materia a nivel molecular
«Hay mucho espacio en el fondo», decía Richard Feynman en 1959. Y en 1981, con la invención del microscopio de efecto túnel, nació la industria de la nanotecnología; la cual, dice Kurzweil, nos permitirá reconfigurar «molécula a molécula, nuestros cuerpos, nuestros cerebros, y el mundo en el que vivimos.» Además de las aplicaciones prácticas que ya utilizamos hoy en día, actualmente se investigan cosas como:
- Lentes de contacto inteligentes – para filtrar radiación nociva e incluso desplegar información como una pantalla.
- Impresión 3D de mini baterías – con tintas electroquímicamente activas, igual de eficientes que las baterías comerciales.
- Nanopartículas que matan el cáncer – partículas de oro localizadas que destruyen las células cancerígenas con calor, sin dañar otras regiones, reduciendo la necesidad de utilizar químicos tóxicos y radiación para tratar tumores.
- Computación via ADN – cadenas moleculares como circuitos electrónicos –un hito en la miniaturización de transistores–.
Robótica – inteligencia artificial superior a la humana
Kurzweil define la robótica como la encarnación de la inteligencia artificial, aunque lo verdaderamente importante es la IA en sí. En este campo, el objetivo siempre ha sido imitar la inteligencia humana. Pero, como argumenta Kurzweil, una IA que funcione a nivel humano ya superaría nuestras capacidades por las siguientes razones:
- «Las máquinas pueden reunir recursos de maneras que los humanos no pueden.»
- «Las máquinas poseen memorias precisas.»
- «Pueden trabajar a niveles óptimos de forma consistente, y combinar habilidades óptimas.»
Ya hoy existen IAs de uso cotidiano, como Siri o Cortana, Google Now, etc. Y tendemos a pensar en la inteligencia artificial en esos términos. Pero también existe IA en cosas como:
- Software de reconocimiento de voz e imágenes.
- Software de reconocimiento de patrones para armamento autónomo.
- Programas para la detección de fraude en operaciones financieras.
- Los métodos estadísticos que utiliza Google para calificar sitios Web.
La importancia de las tecnologías GNR
En el futuro se espera que las inteligencias artificiales sean capaces de aprender por sí solas, sin necesidad de ser programadas o instruidas por humanos. A esto se le llama «aprendizaje profundo», y actualmente se está realizando investigación en este campo. Como es el caso de las tecnologías más poderosas, estas pueden producir grandes beneficios para la humanidad, así como representar grandes amenazas. Estas tres tecnologías «proveerán maneras de superar viejos problemas como la enfermedad o la pobreza, pero también serán fuentes de poder para ideologías destructivas», escribe Kurzweil. «No tenemos más opción que reforzar nuestras defensas mientras aplicamos estas tecnologías aceleradas para mejorar nuestros valores humanos, a pesar de la falta de consenso respecto a qué valores son esos.» Es necesario incitar el debate y discutir estos temas lo antes posible para que los efectos sean positivos y prontos.